La externalización: Tu compañera de viaje
Por Javier Paniagua
Director territorial Zona Norte de Nortempo y especialista en outsourcing
Elegir buenos compañeros de viaje es algo que todos deseamos y en gran medida es imprescindible para explorar nuevos horizontes, para avanzar más seguros y al final para conseguir nuestros propósitos.
En el mundo empresarial sucede lo mismo, y más aún si lo unimos al complejo escenario al que nos enfrentamos. Estamos ante una de las mayores crisis de la historia reciente y las principales instituciones adelantan previsiones poco alentadoras en el corto plazo.
Las expectativas oscilan entre diferentes escenarios de recuperación. La aparición de una vacuna o el control de los rebrotes será fundamental para vislumbrar cuando menos un horizonte despejado que permita albergar una visión más optimista a escala mundial y en espacial en España.
Un frenazo brusco de la economía mundial
Pero a muy corto plazo el frenazo es brusco e ineludible. Si a ello sumamos riesgos que ya estaban presentes antes de la pandemia (tensiones proteccionistas, dificultades de acuerdo del Brexit, contradicciones del modelo de crecimiento chino, crecientes niveles de endeudamiento a escala mundial…), el reto es enorme.
El impacto será desigual, con unos sectores más perjudicados que otros, pero en todo caso la incertidumbre y la contracción global de la demanda incrementarán la competencia y la exigencia de mercado.
Sin embargo, también es cierto que hemos aprendido mucho en poco tiempo. Hemos visto una gran capacidad de adaptación de las personas y de las organizaciones. Esta mayor resiliencia es la que nos va a permitir salir adelante.
En el terreno individual, las diferentes organizaciones tienen a su vez realidades muy dispares: quienes venían más endeudados, quienes habían apostado por inversiones recientemente y no van a tener el retorno esperado, quienes tienen una estructura que les permite poca flexibilidad y adaptación a la nueva realidad, quienes dependían de sectores más perjudicados, quienes tienen una rentabilidad vinculada a grandes volúmenes (y ya no lo son tanto) o quienes directamente dejan de tener pedidos.
Adaptación y flexibilidad, las claves
La financiación a través de créditos ICO y las medidas de flexibilidad que aportan los ERTE están demostrando ser eficaces, pero también insuficientes. Tenemos que buscar otras fórmulas para avanzar. La adaptación y la flexibilidad serán determinantes.
Por todo esto, no encontramos con que las organizaciones tenemos un gran reto en este contexto actual para que el producto o servicio que ofrecemos siga siendo competitivo. Mantener un pedido o conseguir un nuevo contrato es el objetivo. Para lograrlo, todos sabemos que ahora más que nunca, debemos poner el foco en lo importante, en nuestro Core, en nuestra actividad principal. Tenemos que centrar nuestros esfuerzos en ese valor añadido, en ese valor diferencial que nos reposicione.
Además, debemos hacerlo siendo más flexibles, y no nos referimos solo a factores como el teletrabajo (tan comentado estos meses). Es difícil que haya dos días, dos semanas o dos meses iguales; si lo gestionamos de la misma forma y con los mismos recursos, probablemente no estemos siendo tan competitivos. La productividad marcará la diferencia.
La rentabilidad de tu oferta, junto con los límites de financiación y la liquidez, definirán el futuro de tu negocio. Ahora, hasta los que no somos financieros, conocemos los que nos cuesta, lo que ganamos, lo que debemos y lo que nos deben…
Las circunstancias actuales, están haciendo que volvamos a reconsiderar los procesos clave. Las organizaciones tienen que aprovechar esta situación para redefinir su flujo de operaciones y organizarse de forma eficiente para poner en valor su modelo de gestión.
Para ello es esencial contar con un compañero de viaje, que te permita ganar en flexibilidad y que ayude a tu empresa a poner el foco en lo importante, en el Core. Eso marcará la diferencia.
La externalización será un valor añadido claro
En este sentido, la externalización dentro de las operaciones del negocio añade una perspectiva de mejora. Un valor añadido claro. No solo nos tiene que ayudar a gestionar los procesos, sino que, además, debe propiciar una mejora de los mismos. Te permitirá ser flexible y adaptarte a los cambios, pero para ello, tu compañero de viaje ha de conocer bien la actividad y aportar experiencia, con el objetivo junto con tu empresa de llevar a cabo una mejora continua.
Un buen compañero de viaje tiene que aportar la tecnología y los medios necesarios, te ayudará a mejorar la productividad de los procesos auxiliares que gestiona
Se identificarán los principales indicadores que medirán el resultado sobre el potencial de mejora. Por otro lado, y más importante, cuando son las personas quienes ejecutan esos procesos; es fundamental la organización y la gestión de los recursos humanos. Habrá que afinar la adecuación de un perfil determinado, el dimensionamiento y la gestión ad hoc de la temporalidad en función de la estacionalidad del sector.
La experiencia en procesos similares, además de centrarnos en micro procesos, será el camino que permitirá mejorar la productividad.
Asimismo, el compañero de viaje debe garantizar una solvencia no solo operativa, sino también económica y jurídica, es importante tener muy claro el marco jurídico y “ hacer bien las cosas». Siempre hay que huir de las malas praxis o externalizaciones vinculadas a una precarización del empleo. No pienses que es un proveedor más, es tu compañero de viaje. Se trata de la competitividad de tu empresa.