El lado humano, clave en la gestión del cambio
Decía el filósofo alemán Arthur Schopenhauer que “el cambio es la única cosa inmutable”. La capacidad de cambiar, de mutar para adaptarse mejor al entorno, es la base de la teoría de la evolución de Darwin. Y esta misma capacidad de adaptación, la gestión del cambio con éxito, es también un factor vital para los equipos y las empresas.
En la sociedad actual, la velocidad frenética a la que se suceden las transformaciones hace de la gestión del cambio una cuestión crucial en las organizaciones. Entre otros factores, la rapidísima evolución de la tecnología impone un ritmo sin precedentes para no quedarse atrás ante constantes actualizaciones que dejan obsoletas las habilidades adquiridas en un corto período de tiempo. Por eso, la gestión del cambio ha de ser parte de la cultura de las empresas y una habilidad a potenciar y apoyar en todas las personas integrantes de sus equipos.
¿Qué es la gestión del cambio?
Hay múltiples definiciones de lo que significa gestión del cambio, pero la que hace la consultora KPMG resulta clara: «La gestión del cambio busca facilitar y conseguir la implementación exitosa de los procesos de transformación, lo que implica trabajar con y para las personas en la aceptación y asimilación de los cambios y en la reducción de la resistencia a los mismos”.
El lado humano, por tanto, es clave. Se trata de propiciar la asimilación de las transformaciones en los equipos, teniendo en cuenta que, como seres humanos que somos, por regla general tendemos a preferir lo conocido a lo nuevo, que suele generar mayores inseguridades e incertidumbres.
Frente a esta actitud “natural”, la capacidad de adaptarse al cambio para afrontar con éxito los nuevos retos es un valor al alza en las personas, una señal clara de potencial de liderazgo profesional que valoran mucho las empresas, para las que a día de hoy es esencial contar con líderes que sean agentes del cambio.
Adaptarse al cambio, paso a paso
En el contexto de una empresa, hay situaciones que requieren de un adecuado proceso de gestión del cambio. Entre otras, podrían destacarse:
- La implantación de tecnologías o herramientas nuevas que impliquen modificaciones en los procesos, las rutinas de trabajo y/o nuevos conocimientos.
- Cambios organizacionales o de liderazgo.
- Cambios en el modelo de negocio.
- Cambios en la titularidad de la empresa.
- Cambios en la cultura o políticas de empresa.
¿Cómo se manejan adecuadamente estas situaciones? Desde que en los años 60 empezaron a implementarse estrategias para la gestión del cambio, han surgido diversos modelos.
En su libro Leading Change (1995), John Kotter, profesor de Liderazgo de la Harvard Business School describe un método de 8 pasos:
- Crear una sensación de urgencia para enfatizar la importancia de actuar de inmediato y que el cambio se vea como una necesidad.
- Constituir una coalición orientadora con personas involucradas para guiar, coordinar y comunicar el cambio en la organización.
- Desarrollar una visión y una estrategia para aclarar cómo será el futuro.
- Comunicar de forma efectiva la hoja de ruta y responder a las dudas y temores que puedan enfrentar los miembros de la organización.
- Eliminar obstáculos a nivel de organización que vayan surgiendo.
- Generar objetivos y logros a corto plazo para incentivar y motivar.
- Firmeza en la introducción del cambio hasta que la visión se haga realidad.
- Consolidación del cambio para que se mantenga y se convierta en parte de la cultura de empresa.
Esta secuencia de etapas puede ir alcanzándose mediante una sucesión de acciones que han de ir liderando los gestores del cambio en la organización. Y en todo este proceso resulta clave no descuidar un adecuado manejo de los sentimientos de resistencia al cambio, fundamental para evitar consecuencias negativas tanto para las personas, que pueden sentirse estresadas o frustradas ante los nuevos escenarios, como para las empresas, que arriesgan en estos procesos pérdida de productividad o deterioro de las relaciones entre sus equipos. Por el contrario, una buena gestión puede redundar en un fortalecimiento de los lazos y la identidad del colectivo.
En suma, la capacidad de las organizaciones para abordar de manera proactiva los cambios, con un enfoque hacia las personas que cuide el lado humano, es crucial a la hora de incorporar con éxito en la empresa las transformaciones necesarias para avanzar al ritmo que marcan la sociedad y el mercado.
Y tú, ¿te sumas al cambio? En Grupo Nortempo estaremos encantados de realizar un acompañamiento en el camino del cambio.