Estrés térmico: el gran enemigo para trabajar en verano
Ya estamos en julio y si estás trabajando o estudiando, seguro que te enfrentas a un enemigo a diario: el calor. Sufrirlo en exceso dificulta nuestras tareas diarias y podrás sufrir estrés térmico.
¿A qué nos referimos con estrés término? Es el malestar que se produce en tu cuerpo por un desajuste en la temperatura, normalmente por acumulación de calor, aunque también existe el estrés térmico por frío. Cuando esto sucede te empiezas a encontrar mal, por lo que es necesario controlar estos síntomas para que no deriven en algo más grave.
La principal causa del estrés térmico es la de trabajar en un ambiente desfavorable con excesivo calor, por lo que el cuerpo humano es incapaz de mantener su temperatura interior, normalmente entre 36,5º y 37ºC.
Si empiezas a sentir malestar, controla los síntomas y toma medidas en caso de sufrir mareo, visión borrosa, dolor de cabeza, náuseas y sudores fríos. Pide ayuda inmediata, cesa tu actividad, hidrátate y refréscate. Si los síntomas persisten, acude a un centro médico.
Además de sufrir malestar físico, el calor excesivo afecta negativamente al rendimiento, hace que estemos en una sensación de incomodidad constante y no nos concentremos, estemos más cansados e irritables.
Para no sufrir estrés térmico en el centro de trabajo, es responsabilidad de las empresas tomar medidas a través de su Departamento de Riesgos Laborales y de Seguridad y Salud.
Medidas en tu empresa para prevenir el estrés térmico
Es fundamental que, tanto desde el equipo directivo como por parte de las personas trabajadoras, tomar conciencia de la importancia de adaptar las rutinas a la temperatura, hacer pausas de hidratación y si los trabajos son en el exterior, vestir adecuadamente y no realizar tareas en las horas de más calor. Por lo tanto, se debe:
- Informar y formar de los riesgos, factores de riesgo, efectos y medidas preventivas a implantar en la organización.
- Limitar el tiempo o la intensidad de exposición, haciendo rotaciones de tareas siempre que el trabajo lo permita.
- Permitir a los equipos adaptar su propio ritmo de trabajo.
- Habilitar locales de descanso.
- Instalar aire acondicionado.
- Si es un trabajo al aire libre, evitar las horas de mayor exposición solar.
Refréscate…también en casa para no sufrir estrés térmico
Realizar tu actividad diaria en un centro de trabajo o en exteriores en las mejores condiciones cuando el calor es extremo es una responsabilidad, como ya hemos visto, de las personas dirigentes de la empresa, pero si trabajas en casa, tendrás que tomar medidas para hacerle frente al estrés térmico.
Adapta tu horario. Siempre que tengas la posibilidad y flexibilidad, elige las horas para trabajar en las que haga menos calor, priorizando las primeras horas del día o las últimas de la tarde.
Busca un lugar fresco. Ubícate en la estancia más fresca o que tenga mejor ventilación. Si tienes mascota, te será fácil identificarla porque será la elegida para descansar por ella. Otra opción es buscar un espacio que tenga aire acondicionado como por ejemplo una biblioteca o un coworking.
Ventila. Si no te queda más remedio que trabajar en las horas centrales del día, baja las persianas en las horas de mayor radiación solar y abre las ventanas y ventila cuando baje la temperatura exterior. Si no dispones de aire acondicionado, un pequeño ventilador te puede ayudar.
Hidrátate y descansa. Trata de tener agua fresca a tu disposición en todo momento y toma pequeños sorbos frecuentemente. Si no te acuerdas, existen cómodas aplicaciones para tu dispositivo móvil que te lo recuerdan, porque la falta de hidratación está directamente relacionada con problemas para concentrarse o incluso somnolencia. Te vendrá bien también tomarte pequeños descansos durante la jornada laboral.