Desarrolla TU inteligencia emocional en el trabajo
La inteligencia emocional es una competencia más y una de las más demandadas en el contexto actual de pandemia.
Contar con múltiples hard skills (habilidades duras) y un currículum para quitarse el sombrero es fundamental pero, para el día a día, necesitarás soft skills (habilidades blandas)asociadas a la inteligencia emocional para poder avanzar en tu carrera profesional, aprendiendo a gestionar las emociones correctamente facilitando las relaciones sociales.
De Aristóteles a Goleman
Si queremos definir el concepto de inteligencia emocional debemos remitirnos a Daniel Goleman, psicólogo estadounidense y autor de La Inteligencia Emocional (1985), la auténtica “biblia” de las habilidades blandas, que la define como “la disposición que nos permite tomar las riendas de nuestros impulsos emocionales, comprender los sentimientos más profundos de nuestros semejantes y manejar amablemente nuestras relaciones”.
Goleman está diciendo, con otras palabras, lo mismo que indicaba Aristóteles cuando hablaba de “dominar la infrecuente incapacidad de enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto”. Es decir, debemos saber percibir cómo funciona el mundo que nos rodea y saber actuar en consecuencia, manejando nuestras propias emociones.
¿Cuáles son las fases de la inteligencia emocional?
Para poner en práctica nuestra inteligencia emocional y aplicar sus beneficios en el entorno laboral, primero debemos conocernos a nosotros mismos y reconocer en nuestros actos las diferentes etapas:
- Debes ser consciente de tus emociones. Identifica lo que sientes y por qué, así comprenderás cómo el entorno te afecta de manera emocional.
- Aprende a manejarlas. Una vez superado el paso uno, que es ser consciente de tus emociones, debes manejar lo que piensas y sientes, pero de manera productiva.
- Percibes las emociones de los demás. Una vez tengas asimiladas tus emociones, llega el momento de empatizar con los demás, aprendiendo a percibir cómo sienten y piensan.
- Aprende a manejarlas. En esta etapa adquirirás plena consciencia de las emociones de los demás y ya estará en tu mano poder influir en ellos para alcanzar una finalidad concreta en el trabajo o en tu vida personal
Refuérzala y practica en el trabajo
Una vez definida e identificadas las fases para reforzar tus habilidades blandas, veamos cómo podemos hacerlo en el día a día, siempre con una sonrisa:
- Empatiza con los demás. Si aprendes a ponerte ‘en los zapatos’ de tus compañeros –e incluso jefes- aprenderás a identificarte con tus compañeros en la búsqueda de un objetivo común, que os reportará beneficios a vosotros y la empresa.
- Comunícate constructivamente. Busca el tono adecuado y el lugar para expresar un problema y cuando alguien cometa un error y tú lo percibas, enfoca tu respuesta a resolverlo y analizar sus consecuencias.
- Contagia el ‘buen rollo’. En el año de la pandemia, “contagia” tu positivismo, transmíteselo al resto de tus compañeros y llena de buena energía tu espacio de trabajo, así aumentará la productividad.
- Elimina personas “tóxicas”. Los emprendedores con alta inteligencia emocional saben que existen suficientes personas positivas en el mundo y que no hay necesidad de desperdiciar energía manejando relaciones tóxicas, así que no pierdas el tiempo.
- Interpreta el lenguaje corporal. Las emociones también están en tus gestos e impresiones, así como en las de tus compañeros y jefes. Aprende a interpretar esta comunicación no verbal y sabrás lo que los demás están pensando o sintiendo sin necesidad de palabras.
- No te distraigas. Debes estar centrado en conseguir tus objetivos en el trabajo y no debes hacer caso de los chismes y rumores que normalmente circulan a tu alrededor. Las personas con inteligencia emocional centran su atención en lo realmente importante, no en el “ruido”.
- Escúchate a ti mismo. Además de estar pendiente de los que te rodean, debes aprender a establecer prioridades en el trabajo y detectar lo que te estresa y dificulta tu rendimiento, para intentar afrontarlo. Al acabar la jornada, desconecta y haz lo que te gusta.
Te damos las claves para desarrollar la inteligencia emocional en el trabajo y crear un ambiente positivo y productivo. Recuerda, está en tu mano porque TÚ mueves el mundo.